Coloquio
EXCESIVA BUROCRACIA PARA LOS EMPRESARIOS EXTRANJEROS QUE INVIERTEN EN PORTUGAL
Otra de los temas recurrentes fue el de la excesiva burocracia con la que han de lidiar los empresarios extranjeros en Portugal. Lopes Silva no escurrió el bulto: “Es uno de los principales problemas que teníamos, que provocaba una gran insatisfacción entre agricultores y empresarios agrícolas, y por eso ha sido uno de los ejes fundamentales en la reforma del ministerio que he emprendido. Hemos reducido el número de funcionarios al tiempo que hemos logrado acortar los plazos de la tramitación administrativa de los proyectos”, aseguró.
EXCESIVA DIFERENCIA DE DESARROLLO DE LA AGRICULTURA ECOLÓGICA A AMBOS LADOS DE LA FRONTERA
También se plantearon dos preguntas sobre la gran diferencia que existe en el desarrollo de la agricultura ecológica entre ambos países. Lopes Silva lo justificó por dos motivos: primero, la diferencia en el poder adquisitivo medio de españoles y portugueses a favor de los primeros. En segundo lugar, señaló que en su país se está aún en la fase de “convencer al consumidor de que hay una agricultura más amiga de la naturaleza por la que hay que pagar más”. No obstante, sí destacó que ya hay empresas en su país que se están decantando por este tipo de producción agraria y que existe un nicho de mercado creciente. Aunque, por ahora, la mayoría de estos productos se dedican a la exportación.
ESPAÑA Y PORTUGAL CAMINAN JUNTOS
Por su parte, Elena Espinosa incidió en la amplia coincidencia entre los criterios que defienden ambos países. Citó como ejemplo el trabajo conjunto que permitió aprobar a final de 2007 la nueva OCM del Vino, bajo presidencia portuguesa del Consejo. “Somos países vecinos, amigos y aliados en la UE. Nuestra voluntad es reforzar esta colaboración”. Y citó tres de los campos en los que queda trabajo conjunto por
hacer: primero, el de potenciar la competitividad de la actividad agroganadera en el medio rural y llegar a acuerdos en materia pesquera y de desarrollo rural. Segundo, “poner en valor las dehesas, que son la joya de la corona de los medios naturales de ambos países y en las que cría el cerdo ibérico, con más desarrollo
turístico y ganadero”. Y, tercero, consensuar posturas de cara al chequeo médico de la Política Agraria Común. Propuestas de diferente calado y sobre distintos ámbitos que se resumen en el que Lopes da Silva definió como el reto agrícola de la Península Ibérica: Producir más, mejor y de manera diferente.