Rodolfo Martín Villa, Presidente de Digital Plus

“Los partidos afrontan una responsabilidad histórica”. Rodolfo Martín Villa destacó ayer en Cádiz su preocupación por dos problemas que afronta la sociedad, como son la unidad de España y las relaciones entre la Iglesia y el Estado

Cuatro grandes problemas marcaron el proceso de la transición española: la unidad nacional, la cuestión militar, la religión y la lucha de clases. Hoy, más de veinte años después, dos de ellas, el desarrollo de las autonomías y las relaciones entre la Iglesia y el Estado, son cuestiones preocupantes para una de las personas que protagonizaron la reforma y el desarrollo político y social del país en la década de los 70: el ex ministro y actual presidente de Sogecable, Rodolfo Martín Villa. “Se puede hablar de nuevas competencias para las autonomías. Pero con dos condiciones. La primera, que se estudie la misma historia en todas las regiones. La segunda, que las arcas del Estado dispongan de los medios económicos suficientes para asegurar el principio de la solidaridad”, señaló Martín Villa, en referencia a la cuestión de la unidad nacional, al final de su intervención. El ex ministro subrayó la “responsabilidad histórica” a la que se enfrentan los dos grandes partidos, que representan al 80 por ciento de la población e hizo especial hincapié en la situación en el País Vasco, donde “hay una obligación importante con la mitad de la población. “PSOEy PP deben unirse en lo fundamental, pero también entender a quienes son los menos, escucharlos y no caer en la soberbia”.

Algunas situaciones obstaculizan este proceso autonómico, según el presidente de Sogecable. Entre ellas, el desarrollo competencial de las instituciones supranacionales, el desequilibrio entre los traspasos a las comunidades autónomas y a los ayuntamientos o el auge de las empresas multinacionales. También los problemas presupuestarios del Gobierno central. “En 1996, el Estado tenía el 60 por ciento de los ingresos públicos. Ahora, la cifra ha descendido a un 20. Es poco para desarrollar la solidaridad”, señaló el ex ministro del Interior, de Administración Territorial y Gobernación, entre otras carteras. No es esta la única cuestión preocupante abierta en la actualidad, según definió ayer Martín Villa. El que fuera responsable de la
gestión de la catástrofe generada por el hundimiento del Prestige, aludió a la brecha abierta entre la Iglesia Católica y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, entre los que se ha creado una “falta de entendimiento”, que hizo al ex ministro remontarse a los años 30, antes de la guerra civil. A ambas partes solicitó un esfuerzo. Al PSOEpara que se remonte a lo que fue la declaración que hizo Felipe González en 1986. A la Iglesia, para que asuma que una tercera parte del país es católica. “Y a ella debe dirigirse”, apuntó.

Superados los problemas de la lucha de clases, por el enorme desarrollo económico del país en las últimas décadas, y de la cuestión militar –”el viejo fantasma de la intromisión militar en la vida política está prácticamente desaparecido”–, estos los dos grandes retos que afronta el desarrollo político, social y económico de una “sociedad pujante y moderna, que vivía en un regimen que no lo era” y que ha afrontado “una evolución de la que podemos sentirnos satisfechos y orgullosos”. “Porque una buena reforma puede llegar más lejos que un proceso revolucionario”. Y por su inexactitud. “Por la bendita inexactitud de la política en la transición. Porque en este país, cuando nos ha dado por ser exactos, hemos acabado dándonos
bofetadas”.

Martín Villa fue uno de los ministros que procedía del régimen franquista en la transición. Uno de los que formó parte de aquella UCD que fue “más que un partido, una empresa para hacer la transición”. Que lideró el proceso reformista que se impuso a la ruptura ue defendía la izquierda española en un proceso en el que, como subrayó Martín Villa, se impuso el entendimiento. El acuerdo. “Ganamos nosotros, pero espoleados
por los partidarios de la ruptura. No se podía entender este proyecto sin la participación de todos”.

Una imagen sirvió a Martín Villa para definir el logro conjunto que fue la transición: “ Cuentan que en el Ebro, donde se produjo una de las batallas más importantes de la guerra civil, hay una piedra con un texto escrito: ‘A los que perdieron la guerra civil, que fueron todos’. Ahora, se podría poner otra: ‘A los que ganaron la transición, que fueron todos”.

PRESENTACIÓN Un ejemplo de entrega, trabajo y serenidad

Con imágenes basadas en el recuerdo y con cariñosos calificativos presentó el ex alcalde de Vejer y ex diputado de UCD, Antonio Morillo Crespo, a una de las grandes figuras de la transición, Rodolfo Martín Villa.
El ex ministro era aquel que “el día de las elecciones no hacía más que arreglarse las gafas”. Un ejemplo de “serenidad, de trabajo, de compañerismo, de honradez”. La persona que en la época más difícil le tocó “bailar con la más fea”: separar a los militares de la seguridad y a la policía de las cuestiones políticas y que más tarde siguió en el mundo empresarial, donde expuso “su experiencia, saber y profesionalidad”.

Ayer, Martín Villa, esta misma persona, habló de la transición, un tema que, para el ex alcalde de Vejer, “ está de actualidad”. Por varios motivos. Entre ellos, la Constitución europea o los movimientos de “quienes quieren cambiar la Constitución y los estatutos”. Previamente, presentó el acto el director de Diario de Cádiz,
José Joaquín León, quien recordó que el Forode Cádiz es “una iniciativa conjunta, plural e independiente que abre sus puertas a personalidades de tendencia diversa”.