Coloquio

PÉRDIDAS, GANANCIAS Y BANCOS

Alguna voz se levantó en el turno de preguntas con una objeción obvia: socializar las pérdidas debería implicar socializar las ganancias. “No es así. Estamos dedicando dinero a salvar el corazón del sistema, que es la esfera financiera: sin circulación financiera, la economía productiva se cae”, defendió Jáuregui, que insistía
en la perspectiva panorámica para comprender los efectos del actual ciclo. “Hemos puesto en marcha medidas que hasta hace cuatro días eran impensables. EEUU, el imperio del capitalismo, está nacionalizando
bancos”.

COMO GARANTIZAR LA ESTABILIDAD DEL SISTEMA ECONÓMICO

Ramón Jáuregui quiso darle un buen repaso al planeta en términos macroeconómicos. Incluso se atrevió a enumerar los cinco retos que garantizarán la estabilidad del vapuleado sistema. El primero, el más importante, “sacar al mundo de la gran depresión económica”. “Hay que evitar el crack financiero y la atonía del consumo porque sin liquidez el sistema se para”, apuntó. Los otros cuatro retos son, a juicio del dirigente socialista,
“reorientar el sistema financiero internacional hacia un sistema de responsabilidad compartida; crear una nueva estrategia multilateral para elprogreso a través de organismoscomo la ONU o la OMC; establecer un modelo energético de seguridad que además tenga muy presente el cambio climático y desactivar el dumping
social de los países emergentes con más políticas de cohesión social, dignidad laboral y derechos humanos”.
Para entonar un yes we can interplanetario, Jáuregui recalca el gran matiz que a menudo olvida la izquierda. “El papel de las empresas para lograr todos estos objetivos es fundamental. No construiremos nada sin esta premisa”.

CUMBRE DEL G-20

Ya conocen la secuencia. El Gobierno exige estar en la cumbre del G-20 celebrada enWashington el pasado 15 de noviembre. Recurre a una intensa campaña de persuasión diplomática y obtiene la ayuda no sólo del flanco más afín –las potencias hispanoamericanas– sino de una sorprendente Francia, cuyo presidente, Nicolas Sarkozy, accede a prestar a Zapatero una de sus butacas –disponía de dos en su doble condición de presidente de turno de la UE y jefe de Estado–. Holanda, por cierto, también acude. El caso queda provisionalmente resuelto, pero una sombra de duda empaña las aspiraciones de Moncloa. Jáuregui quiso zanjar ayer el asunto. “España está ahí para quedarse, que nadie dude de que estaremos en la próxima
cumbre de Londres [en teoría se celebrará en abril]. Ese logro es unmérito de Zapatero y suGobierno”,
proclamó.