Coloquio
ILEGALIZACIÓN DE BATASUNA
Durante el coloquio que mantuvo con los asistentes –moderado por el director de Diario de Sevilla, Manuel Florencio–, Imaz echó algunos balones fuera. Así, cuando fue interpelado sobre la posibilidad de que Batasuna sea legalizada sin que se tome la molestia de condenar la violencia, el líder del PNV recordó que “ha sido legal
desde 1978 hasta 2002, con los gobiernos de UCD, del PSOEy del PP. Éticamente, eso me genera repulsión,
y políticamente, rechazo, pero una democracia debe ser capaz de integrar a sus enemigos. Plantear esto en estos términos, me parece un error de calado”.
TRATO A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO
Interrogado sobre la desafección de la que tanto se ha acusado al PNV y al Gobierno vasco respecto a las víctimas –el propio lehendakari ha reconocido últimamente que a veces no ha estado a la altura de las circunstancias–, Imaz dejó entrever un ligero enojo, que galvanizó en el también manido reproche sobre “el profundo desconocimiento de la sociedad vasca” que se gasta el resto de España. El líder del PNV puntualizó que su partido “nunca ha cambiado su posición en contra de la violencia” y recordó que ha perdido a varios
militantes y significados simpatizantes (como José María Korta) por dentelladas de la serpiente. La explicación a que casi siempre sean asesinados los mismos –concejales de PP y PSE–, la sirvió Imaz blanco y en botella. “ETA quiere fracturar la sociedad vasca entre nacionalistas y no nacionalistas”. “No puedo admitir que se nos acuse de connivencia con ETA”, exclamó con indisimulada irritación.
PROCESO DE PAZ
Al precipitarse el debate sobre el flanco más débil del proceso, las víctimas del terrorismo, la bonhomía de Imaz le permite reconocer sin tapujos que “no podría hablar con esta frialdad” del tema si él fuera una de ellas. Lo tiene claro: “Las víctimas nunca pueden ser un estorbo”. Pero tampoco (aquí llegó una de las pocas banderillas que le puso al PP) un “instrumento político”. “Sería un error convertirlas en víctimas por segunda
vez”. Igual es demasiado pedir, pero Imaz abogó por “superar la dialéctica de o los terroristas desisten o hay que ceder para que dejen de matar” y advirtió que es una “aberración” confundir los esfuerzos por desterrar la violencia con la “complicidad” con los terroristas. El proceso de paz parece atascado. Se consumará, según Imaz, “cuando, junto con las armas, cese también el esquema impositivo que trata de justificarlas, el de que
todo vale para conseguir determinados objetivos políticos”. De momento, algo, o mucho, está cambiando,
según dijo: “Euskadi empieza a ser una sociedad normal”. ETAempieza a dejar de serlo todo.