Julián Álvarez

CICLO MONOGRAFICO ELECCIONES ANDALUZAS 2008

Álvarez promete que los andalucistas no serán “muleta, bisagra ni pinza”

Tercera cita del Foro Joly de contenido electoral Retos y alternativas ante la nueva legislatura. La iniciativa de dar voz a cada candidatos a la Presidencia de la Junta de los cuatro partidos con representación parlamentaria llevó ayer a ser protagonista de esta ronda política al líder de Coalición Andalucista, Julián Álvarez, único aspirante sevillano que concurre en estas elecciones. Una oportunidad de la que se valió para
exponer el nuevo proyecto político que encarna esta Coalición Andalucista que hermanade nuevoa PA y PSA, y ala que se han adherido nueve formaciones políticas más. Una alianza que, aseguró, no será “ni muleta, ni bisagra ni pinza” de ningún otro partido sino alcanzara a gobernar. De esta manera, Álvarez dejó expedito el camino a una sola opción: si el PSOE pierde su mayoría absoluta, los andalucistas no le socorrerán para completarla con sus escaños, sino que promoverán un gobierno de concentración con PP e IU, que suponga el fin a un“régimen” .Un modelo ejecutivo “excepcional” de gestión, que no político, en el que la presidencia
recaería en su partido. Esta pretensión, que no ha recabado el apoyo de sus otros dos hipotéticos socios, le llevó a autoerigirse en el presidente de ese Gobierno andaluz, entendiendo que es la única posibilidad de conciliar a la izquierda y la derecha que éstos representan, y que recordó ya desperdiciaron la oportunidad
de gobernar en pro de “impedir el gobierno” de los socialistas que estaban en el poder. Una estrategia conocidacomola “pinza”de la que, según dijo, su partido no participará: “No jugaremos a impedir la labor de gobierno ni a propiciar una situación de ingobernabilidad, sino que intentaremos que el gobierno actúe lo mejor posible”.

in embargo, esta predisposición la matizó con el anuncio de que no respaldarán ni al socialista Manuel Chaves ni al popular Javier Arenas en su posible investidura. “No apoyaremos a ninguno para ser presidente”, apostilló, insistiendo a continuación en que la función de su partido es “influir” en las tareas de gobierno. La única posibilidad que atisbó con votos socialistas o populares es que ellos le aceptasen a él como presidente. Una sugerencia que bautizó como “ecuación Revilla”, en alusión al modelo del gobierno cántabro que preside Miguel Ángel Revilla (Partido Regionalista de Cantabria), gracias a su alianza con el PSOE.

Dentro de su compromiso de gobernar o ser una oposición constructiva y defensora de los “intereses de los andaluces”, Álvarez desgranó el decálogo que resume sus propuestas programáticas, que arrancó con un primer paso para minimizar y superar el ciclo de recesión económica: un “gran pacto contra la crisis”. De este acuerdo, del que sólo esbozó la idea de que serviría para provocar una “reacción económica” con propuestas “anticíclicas”, explicó que nacería de una puesta en común de ideas de todos los partidos políticos y agentes económicos y sociales. Desde este punto de partida, abordó los diez ejes del programa
que abarcarían desde una política de regeneración democrática, sostenida en la celebración de elecciones separadas o la limitación de mandatos presidenciales, a una política económica basada en importantes inversiones en infraestructuras, la creación de sesenta distritos industriales, más inversión en I+D+I, más formación en recursos humanos y un refuerzo del sistema financiero, apostando por una caja única “fuerte” capaz de captar pasivo fuera de las fronteras de la comunidad.

Vinculado al apartado económico, abogó por favorecer la “autosuficiencia” energética desde la perspectiva “renovable” y dentro del concepto de “economía solar”, como desencadenante de otras energías limpias. En el ámbito competencial, el líder andalucista defendió que Andalucía tenga competencias propias más allá del Guadalquivir, como una policía autonómica o la gestión de los puertos de interés general y los eropuertos. Y en el administrativo, una segunda descentralización con las comarcas como modelo vertebrador del territorio, muy útil en el caso de su ordenación urbanística, y en la que abogó por el patrón de la “recualificación frente a la recalificación” y “hacer ciudad” desde la recuperación de los edificios y equipamientos existentes.

La dimensión social la centró en la igualdad, apostando por una mayor incorporación de la mujer al mundo laboral – –consideró que si trabajaran las 300.000 mujeres que en la actualidad engrosan las listas del paro,

se reduciría a lamitad el diferencial de renta y riqueza respecto de la media del país–, así como la lucha contra la exclusión social, la recuperación de los valores tradicionales y la identidad andaluza y la educación. Al hilo de esta cuestión, planteó como alternativa a la propuesta de Chaves de “movilidad territorial”, que promueve el aprendizaje del uso de la maleta”, a una “movilidad social” de más y mejores
oportunidades de formación.

“Es necesario cambiar la RTVA hacia un modelo más público”

La irrupción amedio plazo en el mercado televisivo andaluz de cuatro nuevos canales autonómicos supone para Coalición Andalucista una oportunidad para que en la RTVA se replantee el modelo que debió ser en origen, retornando a su vocación de servicio público. De hecho, así consta este planteamiento en el decálogo de propuestas que ayer presentó esta formación política y que es la antesala del programa electoral que presentará este fin de semana. El candidato andalucista, Julián Álvarez, señaló que su modelo
de televisión pública se aleja del modelo privado que ahora adopta el canal autonómico, al entrar en competición con el resto de cadenas de capital privado. De ahí que apueste, no tanto por el “modelo Sarkozy” –el presidente de Francia anunció la pasada semana que los anuncios podrían desaparecer de las pantallas de la televisión pública gala–, sino no porque Canal Sur no se rija por criterios de rentabilidad, logrando beneficios gracias a tener “un presupuesto público detrás y así competir en condiciones de ventaja
en el mercado publicitario respecto de las demás”, apostilló.

Otros servicios públicos que consideró deben ser corregidos son los administrativos. Criticó la excesiva burocracia existente y que debe ser revisada. Su sugerencia: potenciar una administración comarcalizada que supere los “centralismos”. Como ejemplo práctico, expuso la aplicación de la Ley de Dependencia y el retraso que arrastra la Junta, cuando habría sido mejor trasladar la decisión y ejecución a los servicios sociales municipales. En este sentido, los andalucistas tienen experiencia, dada la presencia en la Administración andaluza durante dos legislaturas de la mano del PSOE. Un periodo del que Álvarez admitió que, entonces bajo las siglas en exclusiva del PA, logró hacer buenas tareas de gestión desde la Consejería de Turismo pero que no se supieron “vender” al ciudadano. “Hicimos un buen trabajo, pero le sacamos poca rentabilidad en términos políticos y sí en términos económicos para el sector turístico, pero no fuimos capaces de distinguirnos de los socialistas”, indicó. Y como prueba palpable de esta realidad, lanzó un guiño al “magnífico” consejero que fuera José Núñez, del que “muchas personas creyeron que era del PSOE”.